Antes de la cruzada del Gobierno para que se reduzcan las cuotas, los aumentos que sufrieron los afiliados llegaron a superar el 150%. A los profesionales les llegó solo una parte de ese incremento y lo perciben con mucha demora. La actualidad de un sector en crisis.
Mientras el Gobierno y la Justicia avanzan contra las prepagas por los aumentos que realizaron desde diciembre, los afiliados se siguen encontrando con los mismos problemas: cuotas caras, turnos que se demoran varios meses, cartillas cada vez más chicas y hasta la exigencia del pago de bonos extra a los profesionales de la salud. La disponibilidad de servicios es aún peor en el caso de las obras sociales.
Tras la desregulación del sector de medicina privada que impulsó el Gobierno en diciembre, las prepagas anunciaron aumentos todos los meses. La suba de las cuotas llegó a superar el 150% -aunque en el rubro dicen que todavía no alcanzaba para cubrir los costos-, pero los médicos aseguran que no recibieron aumentos de la misma magnitud. Ahora, la Justicia frenó los incrementos y los profesionales temen por un mayor atraso en sus ingresos.
Leé también: La Justicia ordenó que las prepagas devuelvan la plata cobrada de más y que los aumentos no superen la inflación
“En enero, los afiliados tuvieron un aumento de 40% en las cuotas, que las empresas cobraron inmediatamente, del 1 al 5 del mes. En cambio, los médicos que brindamos una prestación en el mismo momento, la facturamos un mes después y la cobramos hasta 90 días más tarde”, indicó Gustavo Bodino, presidente de la Cámara de Medicina Oftalmológica (Cameof).
Y completó: “De ese 40% que se incrementaron las cuotas en enero, a nosotros nos trasladaron el 36%. Nunca se pudo lograr que se traslade el mismo porcentaje. Para peor, al cobrarlo en abril o mayo, se transforma en un aumento de 18% debido a la inflación acumulada”.
Cuánto cobra hoy un médico que atiende por prepaga
Según detalló a TN la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA), hay una primera distinción para hacer entre los profesionales que figuran en cartilla y atienden como prestadores de las prepagas y aquellos que son empleados de las clínicas y sanatorios propios de las empresas de medicina privada.
Entre los prestadores, dijeron que una prepaga de primera línea puede pagar entre $20.000 y $30.000 la consulta, según el plan. En cambio, una obra social puede llegar a abonar entre $6000 y $8000 por el mismo servicio, por lo que hablan de un arancel promedio de $15.000. Además, en un contexto de alta inflación, la demora en la acreditación implica una desvalorización del ingreso.
Leé también: Milei salió a negar que haya atraso cambiario y detalló los cinco puntos del plan económico
De todos modos, el médico debe descontar de allí gastos como el seguro o el aporte a la caja previsional y aquellos relativos al mantenimiento del consultorio. En ese sentido, Bodino detalló: “En el caso de la oftalmología, tenemos costos muy altos en el mantenimiento y reposición de equipos. Montar un consultorio básico de la especialidad demanda una inversión de entre US$30.000 y US$50.000″.
Por otro lado, en AMRA alertaron por la situación de los profesionales que atienden en clínicas y sanatorios, que pueden llegar a cobrar salarios mensuales de entre $500.000 y $600.000, debido al bajo precio de los sueldos básicos. Es por eso, explicaron, que un médico tiene entre tres y cinco trabajos para sostener a su familia.
Leé también: El Gobierno aseguró que le pagarán la deuda a China y dio detalles sobre la negociación para renovar el swap
Fernando Araneo, secretario de la Asociación de Médicos de la Actividad Privada (AMAP), comentó un panorama similar a sus colegas, aunque habló de aranceles máximos de $18.000 por consulta, con una recomposición del 80% desde diciembre. “La problemática es la fecha de pago: el que mejor paga lo hace en 45 días, pero se puede llegar a extender hasta 120 días”, apuntó.
“El médico es la variable de ajuste de las empresas de salud. Hoy, los asalariados que están bajo convenio colectivo tienen paritarias que tratan de equiparar a la inflación, pero cierran cinco meses después de fin de año. Por ejemplo, ahora en mayo se habrá conseguido un aumento anual de 240% versus una inflación de 211% en 2023″, indicó Araneo.
No obstante, los voceros concordaron en que los sanatorios privados buscan contratar a los médicos sin registrarlos en relación de dependencia sino como monotributistas o autónomos. Así, evitan acatar las paritarias y definen las subas de sueldo en forma unilateral. “La mayoría de las veces, los médicos están por fuera de los convenios y terminan obligados a aceptar algunos aumentos esporádicos”, dijeron desde AMRA.
La baja remuneración a los profesionales de la salud, coinciden los voceros, no es nueva. “En los últimos 4 años el costo de vida subió 1175%; las prepagas se incrementaron 776% y a los prestadores nos aumentaron 650%”, puntualizó Bodino. Desde AMRA, en tanto, recordaron que en 2022 aumentaron las cuotas un 114% y los médicos apenas tuvieron una recomposición promedio del 50%.
Batalla legal
En las últimas semanas, el Gobierno consideró que los incrementos de las cuotas de las prepagas habían sido desmedidos y por eso avanzó en una denuncia ante la Justicia. Además, publicó una resolución por la cual los aumentos se harán en función de la inflación.
Así, ya se pueden calcular las cuotas máximas que cada prepaga podrá cobrar en abril y mayo a sus afiliados a partir de los valores de diciembre. La fórmula estará vigente hasta septiembre y la Justicia resolvió que las empresas tendrán que devolver aquello que hayan cobrado demás.