Esas 82 palabras pasaron de causar asombro a replicar sonrisas de incredulidad. En el inicio del ciclo lectivo de 1996, el expresidente Carlos Menem pronunció su discurso más extravagante al anunciar una plataforma para vuelos espaciales para estar en Japón en cuestión de minutos. Hoy, 28 años después, hablan por primera vez las maestras de esa escuela de Tartagal (Salta) y recuerdan haberlo visto «desorientado». Pero detrás hay una historia real que involucra a la NASA, un libro de actas con fotos que desapareció y una desopilante historia de ficción que se acaba de estrenar en el cine.
El recorte del video de Menem, tal vez el primer viral de la política argentina, luce insólito con el paso tiempo: «Dentro de poco tiempo se va licitar un sistema de vuelos espaciales mediante el cual desde una plataforma, que quizás se instale en la provincia de Córdoba, esas naves espaciales con todas las seguridades habidas y por haber, van a salir de la atmósfera, van a remontar a la estratósfera y desde ahí elegir el lugar donde quieran ir, de tal forma, que en una hora y media podamos estar desde Argentina, en Japón, en Corea o en cualquier parte del mundo».
Pero resulta aún más fantástico si se lo contextualiza. Las coordenadas de aquel acto del lunes 4 de marzo de 1996, fue en la ciudad de Tartagal, a 54 kilómetros del límite con Bolivia y a 355 de la capital provincial. Ubicada a dos cuadras y media del hospital y de la clínica privada, a dos cuadras de los bancos, a cuatro cuadras de la plaza central y a tres de la Municipalidad, la escuela Coronel Vicente De Uriburu es la más importante de la ciudad.
«Es la escuela del centro. Para el imaginario social esa escuela tiene una calidad igual a la de los colegios privados o tal vez superior, porque a veces obtenemos algunos premios por robótica, por tecnología, por Olimpiadas Matemáticas, certámenes literarios», señala Mery Zabala, exdirectora de la escuela y ese día maestra del primer grado.
Para la visita presidencial emprolijaron toda la ciudad. Pintaron los cordones de las cuadras de alrededor de la escuela que quedó inmaculada. «Primero mandaron a la gente de protocolo y estuvimos trabajando en la escuela prácticamente una semana, en especial viendo la parte de seguridad», rememora Nelly Tapia Garzón (76), en ese momento directora de la escuela.
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El expresidente lo pronunció al abrir el ciclo lectivo de 1996 en Tartagal, Salta.
Menem viajó desde Salta capital y llegó en un colectivo con toda su comitiva. Pero antes, uno de los asesores le dio un tip a Nelly que jamás olvidó: «Los de protocolo me dijeron que vaya vestida de guardapolvo, que con el guardapolvo blanco resalte entre todos ellos. Me acuerdo que el señor del protocolo me dijo: ‘No se deje de ganar lugar’. O sea, que en ningún momento yo deje que nadie me corra de al lado del Presidente».
Las dos docentes destacan que había muchos policías, efectivos de Gendarmería y que pese a llevar muchos años en esa escuela debían pedir autorización para entrar en sectores de la escuela. Nelly fue la encargada de recibirlo y en la Dirección le hicieron firmar los libros. «Pasado los años, la directora nos contaba que lo veía medio mareado, que estaba como desequilibrado, desorientado, cansado, que no sabía dónde tenía que firmar el libro de actas», cuenta hoy Mery a Clarín.
Y efectivamente, Nelly corrobora la versión. «Como directora estuve con él, lo recibimos en la Dirección de la Escuela y pidió ir al baño. No se lo veía muy bien anímicamente, no estaba con toda la energía y las pilas que tiene que tener, se lo veía con cara de cansado, agotado y entonces pidió ir al baño».
En la previa del discurso más llamativo de Menem, llegó una promesa del expresidente. «En la escuela en ese entonces teníamos baño de los niños nada más, no habían baños de docentes. Entonces lo acompañamos al baño de los niños y ahí es donde él me hace la promesa, y a mi personal docente, de que nos iba a hacer la construcción del baño para los maestros. Después de muchos dimes y diretes se concretó la obra y los maestros pudieron tener su propio baño», recuerda Nelly.
Desde la Dirección y el episodio del baño, Menem fue lllevado hasta un escenario montado en la cancha de básquet. Estaban todos los cursos de cuarto a séptimo grado. El lugar desbordaba de gente, incluso se habían subido a las tapias que daban a la calle Aráoz. «Yo ni sabía de qué discurso iba a dar, ni que iba a hablar de los viajes espaciales, nada. Para mí, para la concurrencia y mis docentes fue un discurso improvisado, por eso se largo semejante barrabasada», resume Nelly, la exdirectora de la escuela Uriburu.
Mery, en ese momento docente de primer grado, estaba sin sus alumnos por lo que la ubicaron en una especie de palco. «Lo miraba como diciendo: ‘¿Este hombre le está diciendo algo que se puede hacer?’. En especial cuando dijo que de aquí íbamos a salir a la estratósfera. Nos quedó para siempre lo de irnos a la estratosfera. En esa época no había whatsapp, sino capaz que hubiéramos inventado unos memes o algo», suelta entre risas y también recuerda que ese día volvió a su casa chancleteando porque se le rompió el zapato.
Terminado el acto, Menem no aceptó la recepción que le ofrecieron en la escuela. «No quiso y se fueron a almorzar a la casa de una familia árabe de Tartagal muy conocida», comenta Nelly, jubilada hace 20 años. Pero como la gente quería verlo, antes de subir al colectivo alcanzó a saludar a varios y hasta alzó a algunos niños.
Si del discurso que habló el país, en la escuela fue epicentro de debate. Terminado el acto, hubo reunión de docente y la pregunta que recuerda Mery es: ‘Che, qué te pareció’. «La mayoría de las maestras decían: ‘Este hombre no es tan normal‘, porque nos dimos cuenta que lo que él hablaba era inalcanzable, era un ilusionismo», reflexiona Mery.
Aquellos recuerdos solo están en la memoria de las docentes. En 2012, en el acto por los 75 años de la institución el cuerpo docente exhibió las fotos y el acta con la firma de la visita del expresidente, del exministro de Educación, Jorge Rodríguez -después Jefe de Gabinete- y el ex gobernador de Salta, Juan Carlos Romero, hoy senador nacional. Sin embargo, hoy el acta del libro que firmó Carlos Menem y las fotos con las docentes fue guardado en el Archivo General de la Escuela desapareció. Pero más allá del extravío, el discurso de Menem no fue algo improvisado.
El verdadero trasfondo del discurso de Carlos Menem sobre los vuelos espaciales
No se sabe si Carlos Menem estaba cansado, sin energía, como lo vieron las docentes, o si el sofante calor que hacía le jugó una mala pasada, lo cierto es que la plataforma para vuelos espaciales no fue un invento del momento. Días después del discurso, Menem reconoció que tres días antes del acto en Salta y junto con su exministro de Defensa, Oscar Camilión, había recibido la visita de Harold Bowling, por entonces titular de la empresa Lockheed Aircraft que invitó a la Argentina a participar en el programa Single Stage to Orbit (SSOT).
Se trataba de una de las fases de un proyecto patrocinado por la NASA. Pero ante el revuelo de los dichos de Menem, el titular de la sede local de Lockheed Aircraft, Harry Radcliffe, dijo que la empresa «está involucrada en la iniciativa, pero es un proyecto de la NASA que está en vías de desarrollo».
─Se trata de un programa de la NASA que está en la fase preliminar de desarrollo. A mediados de este año se llegará a la segunda fase, que es la competitiva, para producir modelos a escala que probarán la tecnología. Entre 1999 y el 2005, aproximadamente, serán remplazados los modelos por los vehículos que operarán comercialmente ─dijo Radcliffe en la primera semana de marzo de 1996.
En ese momento, Argentina era buscada par una plataforma de despegue de naves espaciales en el hemisferio Sur. Pero tras el discurso, en esa misma semana de 1996 una alta fuente gubernamental reveló a Clarín que Menem «no guardó el silencio que esperaban los directivos norteamericanos».
La firma Lockheed Martin había recibido recientemente y por 25 años la concesión de la división aviones de Fabricaciones Militar. Es la empresa estatal que había desarrollado el Pulqui 1 y 2, el Pucará y donde también estaba parte del Programa Cóndor, un misil dual.
Hace dos años, el periodista Pedro Molina entrevistó en el diario La Nación al ingeniero aeroespacial argentino Pablo de León, que trabaja en la NASA, y reveló otro trasfondo del mismo discurso. De León accedió a informes de la CIA y comprobó la presión norteamericana hacia Carlos Menem y Domingo Cavallo, principalmente a través del embajador Terence Todman para detener el Programa Cóndor.
«Todo derivó en la privatización de la Fábrica Militar. A algunos de los que tuvieron un papel importante en el Cóndor los persiguieron y a otros los cambiaron de trabajo. A los especialistas de balística interior los mandaron a cortar el césped del aeropuerto y a unos ingenieros aeroespaciales los mandaron a un proyecto de ecología el la Antártida. La intención era desarmar los grupos de trabajo y que esa gente fuera inocua», dijo de León.
Así, el anuncio de Menem intentó ser una buena noticia en medio de las críticas.
Muchos años después, el discurso fue revivido por Zulemita Menem, hija del expresidente, después de que el multimillonario Elon Musk, que a través de su empresa Space X, anunció vuelos espaciales con su nave Starship que ya fue lanzada tres veces y promete tener hasta cinco lanzamientos más este año.
El desopilante film sobre el discurso de Carlos Menem estrenado en el BAFICI
La evocación más reciente a aquel discurso del Menem llegó hace pocas semanas con el estreno de una ficción sobre lo que dijo el expresidente. «Un sistema de vuelos espaciales», de los directores Julián Pérez Cantón y Lautaro González De Cap, se estrenó el 23 de abril en el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI).
Protagonizada por Emiliano Dasso, Jorge Marcote, Ángel Fernández, y la participación del humorista Ariel Tarico, es producida por Anoche Films y dura media hora.
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«La historia jamás contada sobre el discurso más delirante del siglo XX». Así publicitan la ficción de 30 minutos de Julián Pérez Cantón y Lautaro González De Cap.
«Me parecía que estaba bueno completar esa historia con algo de ficción, por eso la película combina hechos reales con ficción para retratar la historia jamás contada sobre el discurso presidencial más delirante del siglo XX», le dijo Julián Pérez Cantón a Rosario/12 un día antes del estreno.
Ahora, 28 años después, los vuelos espaciales a Japón en una hora y media no despegan desde Córdoba, ni desde ningún lado. Pero se podría establecer que el primer video viral de la política nació en Tartagal y hasta dio pie a una ficción. Como afirmaba el spot de 1999, Menem lo hizo.