No se tomaron respiro. Durante cinco horas y diez minutos robaron todos los teléfonos celulares que pudieron. Primero, en estaciones de subtes, y después, cuando comenzaba a anochecer, en colectivos, casi siempre en Palermo. Se trataba de una organización criminal con “un alto grado de organización y coordinación para concretar los golpes”. Pero, ahora, tras una investigación policía y judiciales, siete de sus integrantes estás tras las rejas y tres, prófugos.
Así lo informaron a LA NACION fuentes judiciales. “Se comprobó que los delitos cometidos en el marco asociativo aludido se vincularían con el desapoderamiento ilegítimo de bienes de terceros (fundamentalmente equipos de telefonía móvil), y que las conductas asumían la siguiente modalidad: el grupo conformado por hombres y mujeres, entre tres y un número que podría superar las 15 personas, ingresaban en diferentes medios de transporte público de pasajeros (subtes y colectivos) con el objeto de realizar la detección y marcación de las potenciales víctimas (seleccionadas, en general, por tener equipos de telefonía celular a la vista, o bien bolsos, carteras u otros elementos que conservaran objetos de valor económico de fácil obtención). Una vez elegida la víctima, en ocasiones se contactaban telefónicamente entre sí o, en su defecto, a través de señas, con los encargados de ejecutar los desapoderamientos, a quienes brindaban detalles sobre el trayecto desandado, características fisonómicas y de vestimenta de los potenciales damnificados”, explicó el juez nacional en lo criminal y correccional Martín Yaradola en la resolución donde procesó a siete sospechosos y a la que tuvo acceso LA NACION.
La investigación continúa. Detectives de la Policía de la Ciudad están tras los pasos de los otros prófugos. Uno de ellos quedó filmado en una estación de subte cuando se persignaba, presuntamente, antes de cometer un robo.
“La operatoria continuaría hasta lograr encontrar el momento preciso para consumar el despojo en el que alternaban la cantidad de intervinientes que, en ocasiones, tendría ocurrencia en el trayecto mismo de circulación del damnificado en el transporte público de pasajeros (en muchos casos a través del arrebato intempestivo de los bienes, y en otras oportunidades obteniéndolos sin ser advertidos). Y tras apoderarse ilegítimamente los encargados de la sustracción material del botín y huir raudamente, otros integrantes de la banda se encargarían de obstruir intencionalmente el movimiento de las víctimas para evitar así que los primeros sean alcanzados, reencontrándose todos los miembros del grupo más tarde para distribuir las cosas obtenidas, procurar la reventa de una parte de las mismas o intentar acceder de manera ilegítima a las plataformas existentes en los aparatos de telefonía celular para realizar consumos o nuevos réditos económicos en perjuicio de las víctimas”, explicó el juez Yadarola en la citada resolución.
El jueves 19 de septiembre pasado fue un día fructífero para la organización criminal. A las 15.20, en la estación Plaza Italia de la línea D de subtes, ladrones protagonizaron el primer robo: un iPhone 11.
Cuarenta minutos después, en la estación Pueyrredón, que conecta las líneas D y H de subtes, los punguistas se hicieron de un iPhone 14 Pro.
El raid criminal continuó a las 18.30 en un vagón de una formación de la línea D, entre las estaciones Tribunales y Plaza Italia, donde sustrajeron un iPhone 15 Pro.
“La víctima ingresó en un vehículo de la línea de subte D en la estación Tribunales y guardó su dispositivo móvil en la cartera que llevaba consigo. Pero al descender en la estación Plaza Italia de la respectiva línea de subte, notó que la habían despojado de su dispositivo móvil”, según el expediente judicial.
El siguiente golpe ocurrió a las 19.30, también en la línea D de subtes, entre las estaciones Bulnes y Pueyrredón. La víctima fue desapoderada de un iPhone XS Max.
“La damnificada ingresó en un vagón de la línea de subte D en la estación Bulnes junto a su hija. Previo a finalizar su recorrido, un hombre -de tez trigueña, contextura delgada, estatura alta, con una edad promedio entre 30 y 40 años de edad, pelo corto y lacio de color negro, con poca barba y que llevaba como prendas de vestir una campera o sobretodo de color negro o gris oscuro y tenían anteojos con el marco negro- se interpuso entre ambas y les consultó si descendían del vagón en la estación Pueyrredón. Al bajar de la formación en la respectiva parada, la denunciante se percató que el sujeto no realizó el mismo acto que ella. Sin embargo, a partir de la conexión existente entre ambas líneas de subte, ingresó en un coche de la línea H y cuando salió en la estación Facultad de Derecho advirtió que la habían despojado de su dispositivo móvil que resguardaba dentro de un bolsillo externo de su cartera”, se afirmó en el expediente.
Después hubo otros dos robos más. Pero en otro transporte público: en un colectivo de la línea 29 y en otro de la línea 15, donde fueron sustraídos un Galaxy Z Flip 3 y un iPhone 15 Pro.
Para identificar a los sospechosos, fueron clave el análisis de las cámaras de seguridad instaladas en el subte, la activación de las antenas de teléfonos celulares e información surgida en las tarjetas SUBE que confirmaron la presencia de los delincuentes en la zona de los robos.
En un operativo llevado a cabo por la División Robos y Hurtos Sur de la Policía de la Ciudad en ocho domicilios ubicados en el Barrio Zavaleta, al sur de la Ciudad, y en Lomas de Zamora, Lanús y San Vicente, se desbarató parte de una banda dedicada al robo de celulares y objetos de valor en subtes y colectivos”, informó la fuerza de seguridad porteña en un comunicado de prensa.
E juez Yadarola procesó con prisión preventiva a los siete sospechosos por los delitos de asociación ilícita y robo agravado por haber sido cometido en poblado y en banda reiterado.
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