En la respuesta del Gobierno al pedido del fiscal Eduardo Taiano de levantar el secreto sobre los nombres de los espías inorgánicos o “buches” en la causa por el crimen de Alberto Nisman, figura el suboficial mayor (R) del Ejército Joaquín Conrado Pereyra conocido como “El Verde” y que era el supuesto nexo entre la SIDE K y el jefe del Ejército general (RE) César Milani, revelaron a Clarín fuentes judiciales.
La confirmación del gobierno de Javier Milei de la existencia de ese agente del Ejército es clave para la investigación sobre las operaciones de inteligencia ilegal antes y después del asesinato del ex fiscal de la AMIA.
Taiano había solicitado a Milei que levante el secreto de inteligencia sobre los espías inorgánicos o “buches” que, a diferencia de los orgánicos, no forman parte del personal estable de la SIDE, las fuerzas de seguridad federales o las FF.AA. y cobran al contado y por la calidad de la información que entreguen.
Desde la semana pasada, el equipo de Taiano y el fiscal suplente Ariel Kleiman están cruzando los nombres aportados por el gobierno de La Libertad Avanza con llamadas telefónicas y otros datos de la causa.
El rol de Pereyra está confirmado en el informe que Taiano difundió el viernes pasado al hacer un balance de 10 años de investigaciones sobre el caso Nisman.
Al hacerse la profundización del análisis de las comunicaciones mantenidas el domingo 18 de enero de 2015 desde horas tempranas hasta que se supiera (a medianoche) que Nisman estaba muerto “se logró detectar una trama de contactos entre miembros de la Agencia Federal de Inteligencia (y su antecesora la Secretaría de Inteligencia), la Policía de la provincia de Buenos Aires, su Ministro de Seguridad y el Ejército Argentino, entre otros”.
Luego de que la entonces presidenta Cristina Kirchner hiciera echar a la cúpula de la SIDE y al director de Operaciones y aliado de Nisman, Antonio Stiuso, desde el Gobierno “se llevaron adelante una serie de medidas tendientes a favorecer y fomentar la labor de inteligencia del Ejército Argentino, que se materializó en la realización de tareas que antes eran realizadas por la Secretaría de Inteligencia”, agregó Taiano en su informe.
“Este accionar no sólo se llevó adelante desde lo discursivo en base a una nueva doctrina de inteligencia militar, sino que se sostuvo, principalmente, en un redireccionamiento de los fondos a ese sector”, resaltó en cuanto a los millonarios fondos reservados.
egún el es ministro de Defensa de Macri, Oscar Aguad, «entre 2007/14 se multiplicó por más de cinco el presupuesto de la Dirección de Inteligencia Militar», muchos menos que los aumentos presupuestarios de la SIDE o ex Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Y en el 2015 «el sistema de inteligencia del Ejército recibirá $ 568,5 millones y se recorta el destinado a las operaciones aéreas en las fronteras», agregó Aguad.
Además, “fue posible verificar durante esta época que la inteligencia militar mantenía vínculos y accionaba de manera conjunta con el sector de la Secretaría de Inteligencia que respondía a las máximas autoridades nacionales”. Desde 1983, está prohibido que las FF.AA realicen tareas de inteligencia interior.
Finalmente, “se detectó una trama de vinculaciones en las que se verificó, entre un número importante de personas, la presencia de miembros de la entonces Secretaría de Inteligencia, inteligencia del Ejército Argentino, y miembros y ex miembros de la Policía de la Provincia de Buenos Aires”.
Desde la mañana del 18 de enero de 2015, “el jefe del sector mantuvo comunicaciones con subordinados, con el Subdirector de la AFI, Juan Martín Mena, con el Jefe del Estado Mayor General del Ejército -quien había estado a cargo de la Jefatura II de Inteligencia de esa fuerza-, y ex miembros de la policía de la Provincia de Buenos Aires”.
El vínculo con miembros del Ejército Argentino “no fue casual. La investigación logró determinar que un subordinado cercano al jefe de esa fuerza colaboraba con agentes de la AFI, era conocido en una de sus bases y tenía contacto con el Director y personal jerárquico de esa dependencia”, en supuesta referencia de Pereyra.
Además, “se contactó con un subordinado que no utilizaba, como sus compañeros, un abonado de una flota ni una línea a su nombre. Ambos contactos nunca registraron ni volvieron a registrar la importante cantidad de registros comunicacionales que tuvieron durante la noche del 18 y la madrugada del 19 de enero”, subrayó Taiano.
En esta dirección, “se está profundizando la realización de medidas de prueba a raíz de fundadas sospechas vinculadas al accionar de personal de inteligencia del Ejército Argentino en los días previos, durante y luego del homicidio de Nisman”, destacó Taiano.
Pero Pereyra no solo había sido el “nexo” entre la SIDE y el Ejército. En un informe de Inteligencia reservado secuestrado en la casa de Junín del sargento retirado de la Policía Federal Ariel Zanchetta, éste afirma que un espía amigo suyo “llamado Conrado” era hombre del ex jefe del Ejército César Milani y que “sabe qué pasó con Nisman”. Zanchetta está procesado por hacer espionaje ilegal sobre jueces que investigaron a Cristina Kirchner, en otra causa.
Pero, además, el teléfono de Zanchetta aparece repetido entre las llamadas entrantes y salientes de cuatro agentes de la SIDE entre el 1° de octubre de 2014 y los últimos días de febrero de 2015, como otro indicio de haber sido objeto de consultas.
Pero hay más vínculos de Conrado Pereyra. En la causa en que la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado sobreseyó a los periodistas Carlos Pagni y Tata Yofre por supuesto espionaje ilegal a partir del hackeo de mails de dos ex agentes del Ejército Carpintero German Velázquez y Pablo Carpintero hay más pistas. En el sobreseimiento de los periodistas dictado en diciembre de 2016, la jueza cita un informe del ex titular de la SIDE, Héctor Icazurriaga donde revela que la investigación original sobre los hackers despedidos del Ejército que infiltraron a los periodistas la hicieron “Ariel Hernando Di Filippo, Joaquín Conrado Pereyra y Valeria Roxana Muzzio”.
Entonces, la jueza consideró que se habían usado ilegalmente a estos tres como “agentes encubiertos” y sobreseyó a todos en esta causa que tenía como fondo una pelea entre Stiuso, el ex número tres de la SIDE Fernando Pocino y el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández. Di Filippo es un subcomisario retirado de la policía bonaerense y Pereyra, un “verde” de Milani.
“Zanchetta trabajaría como inorgánico para Ariel Hernando Di Fillipo (Policía de la provincia de Bs As en comisión en el área de reunión interior AFI) junto a Conrado Pereyra (ex Inteligencia del Ejército) y mano derecha del coronel retirado Marcelo Granitto. Todos dependientes de Pocino”, afirmó una fuente de inteligencia.
Para la fuente, “Zanchetta decía ser del “sector 85” (contrainteligencia de la SIDE donde estaba Stiuso) pero habría sido de Reunión Interior que manejaba Pocino”.
Es decir, Zanchetta habría colaborado en 2015 con el organismo de inteligencia , la época que la ex AFI la manejaba el senador ultra K Oscar Parrilli y el diputado Rodolfo Tailhade era el jefe de Contrainteligencia.
En su currículum encontrado en su computadora Toshiba, Zanchetta mismo revela sus comienzos como espía inorgánico. Allí dice textualmente: “en el año 2009 le comienzo a trabajar esporádicamente al suboficial mayor Pereyra, Joaquín ya que a este me lo había presentado el subcomisario bonarense Dipiuppo, Ariel”. Los militares anteceden el apellido al nombre, como escriben listas.
“Le hacia trabajo de campo e info a la vieja usanza ya que cuento desde hace largo años contactos a todos niveles y una red de informantes desde que trabajé en el área de Inteligencia de la Policía Federal en Capital Federal desde principios de los 90 con políticos, jueces, empresarios, periodistas y funcionarios de toda índole”, explicó.
En la nota, señaló que “eso le interesó mucho a Pereyra donde me reclutó como inorgánico ya que vio la info que manejaba y su veracidad así le trabajé hasta que empece a trabajar a full time desde mediados de 2010, donde se armó un equipo de tareas se integraba con subcomisario Ariel Difilippo; Pereyra, Joaquin; Raitano, Diego por parte de Pocino y Milani, Gerardo (SIC)”.
En la causa Nisman, Milani le informaba algunas cosas a través de un hombre suyo que “colaboraba” con la base de operaciones del organismo en Palermo, según confirmó la jefa de ese departamento -la agente F cuyo nombre se mantiene en reserva- que trabajaba, también, a las órdenes de Pocino. Este agente inorgánico de Milani habría sido también Pereyra.
Doce horas antes de que se conociera que Alberto Nisman había muerto, el domingo 18 de enero, el director de Reunión Interior de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI, ex SIDE), Fernando Pocino y el entonces jefe del Ejército, general César Milani, mantuvieron un intenso, secreto y sospechoso tráfico de llamadas. Y a las 16.14 de ese día, hackers de la SIDE K entraron en forma ilegal en la base de datos de Migraciones para saber si Stiuso, que ya era el enemigo número uno de la entonces presidenta, se había sido del país
El odio a Stiuso se comprobó cuando Cristina ordenó a Parrilli en el 2016: “terminar con este psicópata. Llamalo a Martín (Mena) y que se mueva para apretar a jueces y fiscales para que citen a Stiuso» a declaración indagatoria. Y dijo que ya había hablado con Aníbal y Milani por el mismo motivo.
Después que asumió Mauricio Macri la presidencia en diciembre de 2015, Stiuso regresó al país luego de haber recibido el asilo político del gobierno de Barak Obama y declaró por segunda vez ante la Justicia. Según la declaración de Stiuso, Milani “hizo ingresar 1800 personas” como personal civil de inteligencia (PCI) que “no se sabían quiénes eran ni qué hacían”.
Además, en su testimonial, Stiuso contó que la SIDE poseía equipos que permiten detectar la existencia de escuchas ilegales de celulares y así “fue posible detectar la existencia de aparatos que permiten ese tipo de interceptación ilegal –conocidos como “valijas”- en el Edificio Libertador, sede del Ejército, y en la zona del Obelisco” en la época de Milani. Nunca nadie desmintió las afirmaciones de Stiuso en la causa por el crimen de Nisman.