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La Patagonia incendiada

Dos localidades en la Patagonia siguen en llamas, pero ya se han consumido más de 8 mil hectáreas de bosque a partir de un primer incendio en el Parque Nacional Nahuel Huapi, originado por un rayo en una zona alejada y boscosa el 16 de diciembre. Luego, siguió Epuyén, localidad de Chubut, el 15 de enero con un fuego intencional investigado por el Ministerio Público Fiscal.

El combate de los incendios «tiene colaboración de otras provincias. Pero no alcanza. Lo clave es rápida respuesta a foco», puntualizó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace, y agregó: «la crisis climática exige más brigadistas e infraestructura para respuesta rápida».

El fuego avanza con celeridad. Sólo en el primer día, en Epuyén se quemaron más de 1800 hectáreas de plantaciones, bosques nativos y pastizales. «El fuerte viento, la sequía y los pinos exóticos ayudaron a su rápida propagación”, señaló Giardini. Este martes en Epuyén declararon contenido el flanco izquierdo del incendio, pero se reactivaron focos más cercanos a las zonas pobladas. Los Bomberos Voluntarios resguardaron las viviendas y se decidió que se continuará reforzando el trabajo con herramientas manuales, el apoyo de autobombas y equipos de agua. Se han quemado unas 3 mil hectáreas.

En Río Negro y Neuquén

Hace casi un mes que se incendia el Parque Nacional Nahuel Huapi, que se extiende por las provincias de Río Negro y Neuquén. Más de 5100 hectáreas se quemaron y, según el último parte de los bomberos, la destrucción se dirige al Cerro Colorado, Laguna Quetro y Las Melisas.

El Comité de Emergencia, coordinado por el Parque Nacional y la Dirección de Lucha Contra Incendios Forestales y Emergencias, explicó los agravantes: «Las condiciones de altas temperaturas, baja humedad de los días anteriores y el ingreso hoy de un frente frío que incrementó la intensidad del viento del sector oeste, generó que varias zonas del incendio tengan un comportamiento del fuego más extremo desarrollando grandes columnas de humo, que se orientaron en sentido de la circulación del viento».

El Comité alertó que priorizarán «la seguridad de los brigadistas y las poblaciones más cercanas a la cascada Los Alerces». Además, el Parque Nacional restringió el ingreso de visitantes y residentes desde Los Rápidos –media hora de Bariloche– hacia la cascada Los Alerces como medida de seguridad. Sólo se permitirá la circulación de vehículos autorizados de instituciones oficiales.

El fuego avanza en zonas de difícil acceso como la Reserva Estricta del Parque Nacional, donde hay terrenos escarpados. Si bien el equipo de combate del incendio incluye herramientas manuales y apoyo aéreo, la tarea se dificulta.

Como es habitual en la Comarca Andina, en muchos de los lugares incendiados el bosque nativo fue reemplazado por pinares. «Los pinos son árboles exóticos que se implantaron en Patagonia desde hace más de 30 años como un proyecto productivo. Colonizaron y desplazaron al bosque nativo», resaltó Flavia Broffoni, politóloga y residente de Epuyén. Los pinos crean otro microclima, tienen una humedad diferente a la del bosque nativo y otras características que hacen que cuando se inicia un fuego, escale rápidamente su extensión. Por esto, Giardini señaló a Página/12: «Hay que aumentar significativamente el presupuesto, primero para la prevención: la cantidad de brigadistas tanto a nivel provincial como nacional, y la infraestructura para poder apagar rápido los focos cuando se expanden. Lo que se hace es tratar de controlar el fuego y lo que lo termina apagando es la lluvia». Y advirtió: «hace tres semanas que está incendiándose el Parque Nacional Nahuel Huapi y probablemente siga prendido fuego hasta abril«. Se teme que pueda acercarse a zonas urbanas pronto. La Patagonia está en un período de sequía intensa y prolongada y el riesgo de incendio es alto.

En marzo de 2024 hubo un incendio en el Nahuel Huapi que afectó 650 hectáreas. En el territorio quemado, los pinares habían avanzado pero una organización dentro del Parque Nacional, La Usina de Nativas, comenzó una campaña de reforestación de especies arbóreas propias a la zona. Organizaron jornadas de trasplante de árboles y de control y extracción de pinos para poder plantar especies nativas que eviten la propagación de los incendios. La Usina definió su tarea así: «Trabajamos cada día para conocer, propagar y aportar plantas para la rehabilitación y restauración» del bosque patagónico frente a la invasión de pinos y el territorio quemado.

Informe: Natalia Rótolo.

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