Días difíciles estos últimos para sostener el relato libertario. El paladín mundial del anarco-capitalismo, Donald Trump, pateó el tablero con aranceles comerciales a diestra y siniestra, una suerte de nostalgia del orden global de la posguerra pero en manos del club de los milmillonarios. En el orden local, el mejor amigo de los libertarios, Marcos Galperín, anunció una tremenda inversión de parte de Mercado Libre. El problema es que dichos fondos irán hacia Brasil, gobernado por el «comunista» de Lula.
Un testimonio interesante acerca de qué motivaciones están detrás de la jugada de Trump fue publicado por el Financial Times. Peter Navarro, asesor premium de Trump en materia de política comercial, indicó que «el sistema de comercio internacional está roto, y la doctrina arancelaria recíproca de Donald Trump lo solucionará. Durante décadas, bajo las normas sesgadas de la Organización Mundial del Comercio, Estados Unidos se ha enfrentado sistemáticamente a aranceles cada vez más altos por parte de sus principales socios comerciales y a barreras no arancelarias mucho más punitivas».
Amigos son los amigos
En otras palabras, Navarro dice que las reglas de comercio que básicamente creó Estados Unidos al calor del Consenso de Washington en los ’90 ahora no van más. «Desde que China se unió a la OMC en 2001, la mediana de los ingresos salarios reales en Estados Unidos se ha estancado en gran medida, con un aumento de poco más del 10% durante todo el período. Actualmente, el arancel ‘nación más favorecida’ promedio en Estados Unidos es de tan solo el 3,3%. El de China es el doble, con un 7,5%. Tailandia y Vietnam rondan el 10% y la India se sitúa en un asombroso 17%», sigue el asesor.
El problema para Milei y los libertarios vernáculos es que Trump mira el derrotero del empleo y los salarios de los Estados Unidos con las anteojeras de mediados del siglo XX, con lo cual da la sensación que las herramientas que está usando desconocen el profundo proceso de mundialización de las cadenas de valor que se produjo desde los ’70. Así, mientras Trump habla desde una especie de óptica keynesiana, Milei, su admirador, defenestra a Keynes y entonces defiende lo que Trump critica.
Para peor, la idea de Trump de achicar el déficit comercial norteamericano va en contra de la hegemonía del dólar como moneda mundial, puesto que la contracara del rojo comercial es la mayor oferta de dólares en el mundo. No parece ser un buen momento para apostar a la dolarización de la economía, como desearía Milei.
La posición del gobierno norteamericano da cuenta de un escenario global de fuerte disputa en términos comerciales e industriales. Imposible que esto sea más lejano del ingenuo discurso aperturista que evocan los libertarios. «Desde 1979, el año en que los empleos manufactureros alcanzaron su punto máximo en Estados Unidos y la Ronda de Tokio del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio marcó el comienzo de importantes reducciones arancelarias, Estados Unidos ha perdido 6,8 millones de empleos manufactureros«, dice Navarro, que además describe un amplio abanico de herramientas como los antidumping, subsidios, empresas públicas, cuotas, licencias de importación utilizadas, no por Argentina sino por el mundo entero, para «aprovecharse» de las ventajas que dio Estados Unidos y que ahora no está dispuesto a mantener.
Crisis al cuadrado
La crisis mundial no podría haber caído en peor momento para la Argentina, cuya economía sufre una sangría diaria de reservas que hace que el ministro Luis Caputo le prenda velas al FMI para que finalmente llegue el momentáneo salvataje.
De cara a un nuevo escenario de fuerte incertidumbre en la economía doméstica, Marcos Galperín, el gran referente empresario de Milei, anunció una tremenda inversión por parte de Mercado Libre en Brasil, gobernado por Lula, por 5800 millones de dólares, que suma a los 3400 millones dirigidos al México de Claudia Sheinbaum. En septiembre pasado, cuando Milei visitó las oficinas de Mercado Libre en el barrio de Saavedra, se llevó de regalo el anuncio de una inversión de 75 millones de dólares.
Lo de Galperín no es una excepción: en lo que va de gobierno de Milei, la salida de capitales asociados a la inversión extranjera directa (IED), es decir, la desinversión extranjera directa, superó los valores de la IED. El RIGI, un régimen de beneficios más generoso de lo que las propias empresas pedían, no muestra todavía una dinámica muy prometedora, más allá del proyecto de energía solar aprobado para YPF y el oleoducto que fabricarán la petrolera nacional y el resto de las empresas del sector.