Otro domingo en Gran Hermano, y como es habitual, día de gala de eliminación. La placa de nominados era muy numerosa, y esta vez la integraban Juliana “Furia” Scaglione, Emmanuel Vich, Mauro D’Alessio, Darío Martínez Corti, Martín Ku y Virginia Demo. En el marco de una noche en la que Furia hizo una intensa campaña en contra de un hermanito, la sorpresa fue mayor cuando el eliminado fue, justamente, uno de sus aliados.
“Estamos en instancias muy avanzadas en el juego”, dijo Santiago del Moro al comienzo de la transmisión, y los hermanitos rápidamente le preguntaron si había fecha de final confirmada. Frente a eso, el conductor respondió: “Mañana en la gala se las voy a decir. Y les aviso que momentáneamente, se baja la espontánea y la fulminante. A adaptarse al juego chicos”.
En un clima de gran tensión, a las 22:26 la escribana hizo su primera aparición, con el objetivo de revelar quién era el primero en ser salvado. Minutos después, Santiago volvió a comunicarse con los chicos y anunció: “Sigue en la casa y desarma su valija… ¡Virginia!”. “Estoy feliz, gracias”, comentó la participante ante el alentador resultado.
Luego, llegó la instancia en la que cada uno de los jugadores que aún estaba en la cuerda floja, pasaba al confesionario a dirigirse al público. La encargada de inaugurar ese segmento fue Furia, que comentó: “Primero quiero agradecerles por todo. Sé que estoy en una placa bastante jodida. Gente, ustedes ven todo, elijan al más traidor, al más mentiroso. Siento que en esta placa tiré para un lado, pero así he descubierto que una persona que está al lado mío lo hace por apoyo. Me gustaría dar vuelta las cosas, me gustaría no irme. Casi me cargué a diez jugadores, creo que soy una gran jugadora, quiero que se vaya Emma. Britney y Madonna se separaron, y veremos quién de los dos se va. Abundancia para todos, con todos siempre, hasta donde se pueda”.
Luego llegó el turno de Darío, que de modo muy relajado, simplemente apuntó: “Al llegar a estas instancias dan ganas de no parar. Quiero llegar a la final poniéndole todo, y agradecer, pase lo que pase hoy, a todos los que me bancaron. No me imaginé verme entre los diez, y si logro zafar hoy, estar entre los nueve… Eso para mí ya es mucho, voy por la final ‘a lo Boca’, como dijo mi hijo. Lo estoy disfrutando, a pesar de estar en placa, y espero seguir haciéndolo”.
Cuando se dirigió a sus seguidores, Mauro subrayó: “Primero que nada quiero agradecerles a todos los que ven este programa, a los que me bancan. Me quiero quedar porque pasé muchas cosas, quiero estirar mi estadía un poco más, creo que me merezco estar un poco más, pero es lo que yo pienso. Espero que me sigan bancando, hago todo lo posible para que eso suceda, y simplemente quiero agradecerles a todos los que miran este programa, que hacen posible que yo siga estando. Creo que de venir tantas veces acá, los motivos son siempre los mismos, y por eso quería empezar agradeciendo. Vamos paso a paso, a ver si puedo llegar más lejos”.
Muy confiado en su fandom, Emmanuel reflexionó: “No me voten gente, que me quiero seguir quedando. Miren hasta dónde llegué, y a darlo todo como siempre. Estoy muy agradecido porque me ayudaron un montón, y me quedaré todo el tiempo que ustedes quieran. Déjenme en la casa, estoy muy contento por ustedes, por toda la vibra que me dan, se siente. Luchemos hasta el final, los amo. Siempre voy a estar agradecido con Gran Hermano y con ustedes”.
En último lugar, uno de los aspirantes a finalistas, Martín, le habló a los televidentes y dijo: “Instancias finales. Muchísimo esfuerzo para llegar hasta este punto del juego, ojalá que me puedan seguir bancando, se siente el apoyo. Falta muy poco para la final, y quiero estar ahí. A seguir remándola, sacaron la fulminante que es una mala noticia, porque la tenía guardada para lo último. Por favor bánquenme, no me voten”.
En los minutos siguientes, Santiago del Moro anunció que Darío, Martín y Emmanuel, en ese orden, quedaban a salvo de ser eliminados. De ese modo, quedó un mano a mano ente Furia y Mauro, y este último se convirtió en el nuevo eliminado de la casa.
LA NACION