La Fontana de Trevi, la fuente más legendaria de Roma, estuvo dos meses en mantenimiento hasta este domingo, donde volvió a abrir al público. Las reparaciones se hicieron para que se pueda lucir durante el Jubileo, un evento católico que es organizado por el Vaticano cada 25 años y se dedica al perdón y la reconciliación.
Este año el lema es “Peregrinos de esperanza”, ya que la Iglesia católica desea que el año entrante traiga «esperanza para todo el mundo, que sufre el flagelo de las guerras, los efectos persistentes de la pandemia de ovid-19 y la crisis del cambio climático«, según el Arzobispado de Roma en Washington.
Así, se espera que más de 35 millones de creyentes recorran Roma a lo largo del 2025. Por eso, era fundamental preparar la ciudad y sus monumentos icónicos. La Fontana de Trevi se empezó a construir en 1732 y fue restaurada a lo largo del tiempo, manteniendo su estilo barroco porque se convirtió en uno de los lugares más representativos de la cultura italiana.
Por día, 12 mil visitantes pasan por la Fontana. Ahora contará con un nuevo sistema de funcionamiento: sólo un máximo de 400 personas podrán verla a la vez para evitar las aglomeraciones y proteger el monumento. «El objetivo es permitir que todos disfruten lo mejor posible de la fuente, sin multitudes ni confusión”, aclaró Roberto Gualtieri, el alcalde romano, en la reinauguración del monumento.
Aún así, se seguirá pudiendo lanzar monedas, una forma tradicional para pedir deseos y buena suerte (y por la superstición que dice que si se arroja una moneda a la fuente, se volverá a visitar Roma). En 2019, se recaudaron 1,5 millones de euros en monedas, alrededor de unos 4.100 euros por día, que se destinan a organizaciones sociales benéficas y al mantenimiento del monumento.
El agua volvió a emanar de las rocas y la imponente representación del dios Neptuno despertó los aplausos de los turistas que se encontraban en el lugar. Desde el 1 de noviembre estaba vacía para permitir su limpieza, que ha costado 327.000 euros y un cambio en el ritmo turístico.
En estas semanas de «sequía» ha contado con una pasarela por la que los turistas podían apreciar de cerca los detalles del monumento, retirada el jueves, al igual que una bañera en la que se podía seguir lanzando las monedas, luego destinadas a Cáritas.
Además del control de la cantidad de visitantes, evalúan imponer una entrada paga para colaborar con su mantenimiento y prohibirán sentarse en el monumento. «Los restauradores me han hecho ver personalmente los daños que causan quienes se sientan. Es un teatro y, por lo tanto, no se pueden sentar en el borde del escenario», explicó a los medios Gualtieri.
Días antes del inicio del Jubileo, Roma sigue terminando las obras que cambiaron su rutina y paisaje en los últimos meses, como la Fuente de los Cuatro Ríos en la Plaza Navona y los ángeles del puente de Sant’Angelo.
Claudio Parisi Presicce, responsable de los bienes culturales del Ayuntamiento de Roma, destacó que los trabajos duraron tres meses, pero que gracias al esfuerzo conjunto pudieron terminar las obras antes de lo previsto. «Fue un trabajo minucioso de limpieza, eliminación de elementos de degradación, maleza e incrustaciones de cal”, detalló.
Este lunes se descubrirá el nuevo aspecto de la Plaza Pía, antesala de la Vía de la Conciliación que lleva al Vaticano. De ese acto participará la presidenta italiana, Giorgia Meloni.