Tras la décimoquinta fuga ocurrida en comisarias o alcaldías porteñas en lo que va del años, el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff, nombró una nueva cúpula en la Policía de la Ciudad. El flamante jefe de la fuerza porteña es el comisario mayor Diego Casaló, quien se desempeñaba en la Superintendencia de Pacificación de Barrios, y será acompañado, por primera vez, por una subjefa mujer, la comisaria mayor Carla Mangiameli.
«Hubo connivencia o negligencia», marcó Wolff durante la conferencia de prensa en la que anunció el cambio en la cúpula de la Policía de la Ciudad, tras la fuga de 17 presos en la Alcaldía Nº9 de Liniers. Los presos se escaparon luego de realizar un boquete en la pared de una de las celdas para escapar por los techos de las casas vecinas.
Las fugas son una constante del primer año de gestión de Jorge Macri. Abril inició con cuatro fugas en tan solo 15 días, unos diez presos se escaparon de la Alcaldía 1 de San Telmo; horas después otros dos delincuentes se fugaron de la Alcaldía 3 de Balvanera; siguió con otros cuatro prófugos en la Comisaría de Caballito y se completó con otros dos en la Comisaría de Villa Urquiza.
Los casos más recientes fueron los 11 presos, en principio se habían informado siete, que escaparon por los techos de la Alcaldía 4 de Barracas, en noviembre; y dos que se profugaron del Centro de Contraventores de Nueva Pompeya a principio de este mes. Luego de aquella última fuga, Wolff también anunció despidos: Sebastián Vela, el entonces responsable civil del área dentro del Ministerio de Seguridad, y Adrián Ocho, quien era director de Alcaldías de la Policía de la Ciudad.
A tres semanas de esos despidos, Wolff volvió a dar malas noticias: la fuga récord de 17 presos en Liniers y el recambio, ahora, de la cúpula de la Policía de la Ciudad. En paralelo, dijo que el Fiscal General de la Ciudad, Juan Bautista Mahiques, «está trabajando con el fiscal general Mahiques para realizar una investigación exhaustiva al interior de la fuerza para determinar responsabilidades».
El comisario mayor Casaló es elegido para encabezar la tarea de cerrar el colador en las comisarias y alcaldías porteñas. El hombre, de 51 años, lleva un largo recorrido en la fuerza porteña. Llegó en noviembre de 2009, luego de cruzar el Riachuelo, para dejar su carrera en la Policía Bonaerense, donde había llegado a ser subcomisario tras 16 años de servicio.
La llegada de Casaló ocurrió poco después de la renuncia de Jorge «Fino» Palacios el primer jefe de la Policía Metropolitana, creada por el entonces jefe de gobierno Mauricio Macri, que dejó la conducción por las investigaciones en su contra por el encubrimiento en la causa AMIA. Así, Casaló inició su carrera en la fuerza porteña bajo la conducción de Omar Chamorro, segundo jefe de la fuerza porteña; proveniente de la Policía Federal, pasado a retiro en 2004.
Dentro de la Policía de la Ciudad, Casaló hizo carrera hasta llega al grado de comisario mayor y se graduó como Técnico Jurídico Superior, con especialización en Ciencias Políticas y Orientación en Seguridad. Entre 2017 y 2023, integró el área de Comando de Control y Emergencias, pero en la gestión de Wolff como ministro fue desginado a la Superintendencia de Pacificación de Barrios; un área que hasta julio era conocida como «Protección en los Barrios» y estaba destinada a intervenir en Villa Zavaleta, la 1-11-14 del Bajo Flores y la 31 de Retiro.
Casaló sera secundado por Carla, de 48 años, la primera mujer en llegar al cargo de subjefa en la Policía de la Ciudad. Mangianelli se desempeñaba al frente de la Dirección de Desempeño Profesional y cuenta con formación como abogada, con diplomaturas en Género y Gestión Institucional, Empleo Público Civil, Fuerzas Policiales y Responsabilidad.
Al igual que su superior, Mangianelli ingresó a la Policía Metropolitana en 2009, como parte del personal que reclutó el entonces ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, para iniciar la fuerza porteña. La flamante subjefa no llegó desde Buenos Aires sino desde la Policía de Santa Fe, donde llegó al rango de oficial auxiliar, tras 12 años y ocho meses de servicio.