Axel Kicillof necesita $ 4,3 billones para poder solventar el funcionamiento de su gobierno durante el año que viene. Para juntar esa montaña de recursos debe recaudar bastante más de lo que ingresó este año en las arcas bonarense. No sólo eso, también precisa que el mercado le preste unos US$ 1.250 millones para poder refinanciar bonos de deuda que empiezan a vencer a partir de mayo.
Todo esto no está en sus manos. Es decir, no depende de su voluntad sino de la decisión de otros actores de la política provincial que acepten un acuerdo en la Legislatura para aprobar el Presupuesto 2025, la ley fiscal impositiva y la nueva deuda en dólares.
Esos actores que deberían aceptar sus proyectos para financiar el Gobierno responden a referentes de varios partidos políticos que a su vez tienen diferentes estrategias para un año electoral clave en la provincia más grande del país.
El desafío para Kicillof no sólo es que debe encontrar la manera de seducir a la oposición, sino, sobre todo, que sus socios políticos dentro de Unión por la Patria no lo dañen con zancadillas. Máximo Kirchner y Sergio Massa son los jefes de la mayoría de los 37 diputados con los que cuenta el oficialismo bonaerense.
Para aprobar el Presupuesto y la ley Fiscal Impositiva necesita mayoría simple. Es decir, la mitad más uno de los presentes. Si están todos legisladores, la cuenta canta 47. Lograr el endeudamiento es aún más complicado ya que debe reunir las 2/3 de la Legislatura.
Si existe alguna chance de conseguir ese respaldo en la Cámara de Diputados este viernes a las 14.30 se abriría la Legislatura para realizar la sesión que no se hizo el jueves pasado cuando se intentó tratar un proyecto de presupuesto muy diferente al que pedía el gobernador.
En el propio oficialismo de Unión por la Patria hay confusión. Los diputados del bloque que comparten La Cámpora, el massismo, peronistas que responden a los intendentes y un grupo de kicillofistas admiten que la pelea de Máximo Kirchner con el gobernador contamina la unidad del espacio.
En concreto, La Cámpora le endilga al gobernador que no desarrolló ninguna estrategia de diálogo ni acercamiento para acumular el mayor respaldo posible ni en su propio espacio político ni entre la oposición.
Es tal la incertidumbre, que este jueves, por las dudas, el flamante jefe del bloque oficialista, el massista Alexis Guerrera, tuvo que publicar un mensaje en X para aclarar que el Kicillof cuenta con los 37 votos de los diputados de Unión por la Patria.
«Es muy importante por estas horas que el Ejecutivo provincial cuente con las herramientas para gobernar durante el 2025. Los diputados de Union por la Patria estamos listos para votar el Presupuesto, la ley Fiscal y el Endeudamiento que necesita la provincia para garantizar los servicios del 2025. Este viernes 27 de diciembre a las 14.30 horas vamos a estar sentados en nuestras bancas para darle al Gobernador el paquete de leyes presentado», señala el posteo.
Guerrera, además, tuvo que explicar lo obvio: «Al no contar con los votos propios que se requieren para obtener la sanción de estas leyes, con la anticipación necesaria desarrollamos los diálogos fundamentales, avanzando en los acuerdos para que un grupo importante de diputados de otras bancadas nos acompañen en la aprobación del Presupuesto y la Ley Fiscal».
Hasta el jueves a la noche, nadie en la Legislatura podía garantizar que esos acuerdos que señaló el jefe del bloque oficialista se hayan conseguido. «Como hemos demostrado, nosotros estamos abiertos al diálogo. Lo que nos sorprende que es nadie del Ejecutivo nos convocó para sentarnos en una mesa y estudiar conjuntamente el presupuesto para encontrar un punto razonable con lo que ellos pretenden y las sugerencias que nosotros podemos aportar», indicó a este diario uno de los 13 diputados del PRO.
Esta supuesta falta de canales de diálogo, de alguna manera, la deslizó el propio Guerrera cuando remarca: «Respecto de los dos tercios que requiere el endeudamiento, todos los bloques opositores han manifestado la necesidad de establecer algunas pautas que exceden a la discusión de esta Cámara, y son propias del ámbito del Poder Ejecutivo provincial».
El legislador massista se refirió así al cambio de monedas que debe ofrecer Kicillof para conseguir el apoyo. Ahí juegan los cargos vacantes en el Grupo Provincia y en la Justicia, sobre todo en la Suprema Corte bonaerense. También un partida especial para ser repartida entre los intendentes.
Los jefes comunales piden $ 400.000 millones para repartirse y Kicillof ofreció $ 170.000 millones. «Con $ 300 mil millones cerramos», dijo un jefe peronista del GBA. Otros intendentes, más osados, incluso plantean un proyecto para voltear la ley que impide las reelecciones. Pero está más complicado. La semana pasada hubo un intento para ver si estarían las manos necesarias para bajar la ley que en su momento acordaron María Eugenia Vidal y Sergio Massa, pero no habría habido mucho entusiasmo.
Incluso hay quienes hasta plantearon que el gobernador lo pueda hacer por decreto. Pero Kicillof descartó hacerlo de esa manera, «sobre todo después de la decisión de la Corte Suprema (de Justicia) con lo de Formosa de Gildo Insfrán», aclararon desde el Ejecutivo bonaerense.
Volviendo a la pelea que lo regula todo, Máximo vs. Kicillof, en La Cámpora no entienden bien a qué juega el mandatario provincial con esta especie de desinterés a buscar votos para aprobar el presupuesto y el endeudamiento. «En este contexto es realmente incomprensible la postura del gobernador. Nos necesita más que nunca y no hay nadie que llame y ordene. Trascartón, Kicillof sale a hablar de que tiene la liderar un frente político alternativo. ¿A quién le habla?», se pregunta algo enojado uno de los diputados que responde a La Cámpora.
«Tengo la responsabilidad de conducir el gobierno de la provincia, tengo la obligación de ponerme al hombro la construcción de un frente político que sea una alternativa para el futuro de nuestra provincia«, dijo Kicillof el viernes pasado en un acto en La Plata .
«Se siente, Axel presidente», cantaron los presentes en la plaza Islas Malvinas de la capital bonaerense para disparar la sonrisa del gobernador: «El año que viene tenemos elecciones legislativas», recordó.